El emprendimiento social es un modelo muy poderoso para generar beneficios sociales, ya que aprovecha la dinámica del mercado para hacer sostenibles aquellos bienes y servicios que generan impacto. Sin embargo, los emprendedores sociales -como cualquier empresario- necesitan muchos ingredientes para tener éxito. Por esta razón, muchos donantes e implementadores de programas ofrecen una gran variedad de intervenciones para apoyar a los emprendedores sociales y ayudarles a alcanzar el éxito. Pero, ¿qué tipo de diseño de programa es más eficaz y marca realmente la diferencia para los emprendedores sociales?
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En el transcurso de los últimos 7 años, LeFil Consulting ha liderado la implementación del programa PES Latam, financiado por la Agencia Suiza de Desarrollo y Cooperación e implementado por un consorcio de socios que también incluye a Ashoka, Bridge for Billions, New Ventures y VC4A. El programa adopta un enfoque completo e integral, ayudando a los emprendedores sociales con diferentes formas de apoyo en función de sus necesidades y etapa de desarrollo: apoyo financiero en la fase inicial, servicios de aceleración, financiación y asesoramiento para las iniciativas de cambio sistémico, y apoyo al desarrollo de colaboraciones son algunas de las ofertas principales de PES Latam. Una vez incorporados al programa, hacemos un seguimiento de los emprendedores sociales a lo largo del tiempo y les ofrecemos más oportunidades de apoyo, como formación, asesoramiento técnico, mentoría, etc. También contamos con un riguroso sistema de monitorización y evaluación (M&E) para seguir su progreso y evaluar en qué medida el apoyo recibido a través del programa ha contribuido a su rendimiento.
¿Qué hemos aprendido?
- Uno de los aspectos clave que se desprende de la observación de los datos de M&E es que el rendimiento está impulsado por casos atípicos. Si se observan las principales métricas de impacto (por ejemplo, el número adicional de personas a las que se ha llegado o el valor neto adicional creado para los beneficiarios), los resultados de todo el programa suelen estar impulsados por unos pocos emprendedores sociales que son capaces de alcanzar una escala relativamente grande, mientras que la mayoría siguen siendo pequeños. Este rendimiento atípico no es un «error» del programa PES Latam, sino una característica intrínseca de los ecosistemas empresariales, en los que sólo unas pocas empresas despegan realmente. Esto es similar a lo que ocurre en un jardín: entre la abundante hierba y las pequeñas flores comunes, de vez en cuando destaca una hermosa flor rara. Predecir dónde ocurrirá exactamente es casi imposible, porque entran en juego muchos factores que interactúan entre sí. Del mismo modo, es muy difícil saber de antemano qué emprendedores sociales «llegarán a lo grande».
- Por supuesto, los implementadores de los programas pueden intentar aumentar las posibilidades de éxito esforzándose por mejorar la calidad de la selección y/o la calidad del apoyo prestado a los empresarios. Sin embargo, según nuestra experiencia, incluso las estrategias más sofisticadas sólo marcarán una diferencia relativamente pequeña, mejorando el rendimiento de los empresarios de forma limitada. En PES Latam, los empresarios atribuyen al apoyo recibido a través del programa una media de alrededor del 17% de su crecimiento en número de beneficiarios, y el 12% del valor neto adicional generado para los beneficiarios. Esto no es negligible, pero la realidad honesta es que el éxito debe atribuirse en gran medida a los propios emprendedores sociales. La mayoría de ellos son dedicados, motivados, resilientes y dinámicos; sobreviven, luchan, evolucionan y resurgen, y algunos de ellos prosperarán y crecerán, con o sin apoyo externo.
Entonces, ¿qué se puede hacer para maximizar el impacto?
Teniendo en cuenta estos dos hechos, creemos que una de las cosas más eficaces que pueden hacer los donantes e implementadores de programas para maximizar el impacto de sus intervenciones es tener una cartera amplia. Volviendo a la analogía de las flores: si tienes un jardín lo suficientemente grande, con una tierra decente y una buena variedad de semillas, tienes muchas posibilidades de conseguir al menos unas cuantas «floraciones especiales». Del mismo modo, el apoyo a una amplia gama de emprendedores sociales (en todos los sectores, geografías, etapas, etc.) es la mejor «garantía» de que al menos algunos de ellos tendrán éxito; e incluso si la intervención sólo mueve un poco la aguja para los emprendedores, eso todavía se traducirá en un gran número de personas adicionales impactadas a través de los emprendedores con mejor rendimiento.
Pero si lograr un fuerte impacto es un juego de cartera, ¿no sería mejor emplear los recursos en hacer el ecosistema más grande y más vibrante en el origen, facilitando la creación de más emprendedores sociales en general? Actualmente estamos probando este enfoque como parte de PES Latam, a través de actividades de creación de ecosistemas (formación de organizaciones de apoyo al emprendimiento), pero los resultados tardarán en concretarse. Sin embargo, tampoco creemos que esto sea una bala de plata: por definición, un ecosistema es un entorno complejo, con múltiples elementos interconectados que deben estar equilibrados para prosperar. Por lo tanto, no es tan fácil poner en marcha «mecánicamente» un ecosistema y ayudarlo a crecer para que pueda producir un gran grupo de emprendedores dedicados a resolver problemas sociales, al menos no rápidamente.
En última instancia, es probable que no haya una única bala de plata para ayudar a los emprendedores sociales a aumentar su impacto. Por esta razón, seguimos creyendo que el enfoque múltiple, integrado y a largo plazo del programa PES Latam, en el que tomamos un grupo diverso de emprendedores sociales y los seguimos a lo largo del tiempo, formando parte de su viaje y tratando de proporcionarles lo que necesitan para la etapa en la que se encuentran, es un enfoque muy valioso. Incluso si el apoyo prestado sólo añade unos pocos puntos porcentuales al rendimiento de los emprendedores sociales, sigue siendo un uso muy coste efectivo de los recursos de los donantes, ya que pone un poco de viento adicional en las velas de un barco que ya se está moviendo.