Desde Latinoamérica observamos como el ritmo acelerado de Asia y Europa se detenía poco a poco, se cerraban fronteras y las personas quedaban sujetas a medidas de distanciamiento social estrictas. Entramos súbitamente a una cuarentena y lo impensable se convirtió en la crisis que vivimos estos días: dejar de operar normalmente desde nuestras organizaciones.
No son tiempos sencillos para los emprendedores sociales latinoamericanos. Además de ser conscientes de los retos financieros y la seguridad sanitaria del momento, se enfrentan con el desafío de no perder su misión de impacto en este proceso. Como Gabriel Rivera de Altitud México y Andrea Puente de Panal Fresh de Bolivia (del programa de aceleración i3 Latam), son dos emprendedores que además de seguir operando, están potenciando su misión de impacto con diferentes estrategias.
“Yo hice tu cubrebocas”
Desde Altitud, Gabriel brinda soluciones financieras para pequeñas empresas, sobre todo a jefas de familia que acceden a un crédito para comprar máquinas de coser para montar una microempresa textil. La crisis no se dejó esperar, diferentes contratos de confección se detuvieron y sus clientas emprendedoras ya no tendrían como responder al crédito.
Un compañero cercano de Gabriel, sugirió la posibilidad de que le pudieran confeccionar cubrebocas (barbijos). Sin pensarlo dos veces, compraron un poco de tela y se lanzaron con una primera prueba para la confección de los mismos.
El primer pedido no solo fue un éxito, sino que hasta el día de hoy la demanda sigue incrementando. Esto implicó tomar una decisión atrevida y oportuna, realizar una inversión importante en tela de polipropileno, con grado médico y de acuerdo a las especificaciones sanitarias requeridas para los cubrebocas, pero con un único fin: mantener el flujo de trabajo para las emprendedoras.
Gabriel rediseñó nuevos esquemas de producción en los diferentes municipios de México donde se encuentran sus clientas y junto con una Embajadora Altitud distribuyeron el trabajo a otras 10-15 jefas de familia de una misma colonia.
En poco menos de un mes, ya trabajan con 10 embajadoras de diferentes colonias de México y al día de hoy alcanzan una producción semanal de 150.000 cubrebocas con venta asegurada. La meta es llegar a confeccionar 1 millón de cubrebocas, y seguir involucrando a más microempresas de su red.
#QuédateEnCasa Abasteciendo de alimentos a los más vulnerables
Andrea Puente es co-fundadora de Panal Fresh, una empresa boliviana que, a través de una solución tecnológica, vincula la oferta de agricultores locales con la demanda de alimentos de restaurantes, saltándose la cadena de intermediación. De esta manera mejora directamente los ingresos de pequeños productores asegurando una demanda importante de productos.
En Bolivia, una vez confirmados los primeros 7 casos positivos de coronavirus, comenzaron a implementarse medidas estrictas de aislación y circulación, lo que interrumpía la operación de restaurantes y acrecentaba la incertidumbre de cómo el ciudadano boliviano podría abastecerse de alimentos.
Andrea y el equipo Panal Fresh, incluso días antes que se dictara la cuarentena nacional, recibieron un incremento de pedidos desde cuentas personales (ya no comerciales) y al cabo de una semana de atender la provisión familiar y con un promedio de 16 horas de trabajo al día, tuvieron que detenerse a pensar una mejor solución.
Toman la decisión valiente de “abrir” su plataforma, cambian la tecnología para que voluntarios utilicen la aplicación móvil para hacer las compras, se utiliza de referencia los comercios cercanos a su vivienda y Panal Fresh redirige los pedidos de personas vulnerables para la compra y entrega de sus alimentos. Aunque la empresa no generará ingresos, ponen la tecnología a disposición de la emergencia nacional, a través de un esquema que reconoce al voluntario con $1.5, apróximadamente, por pedido y contribuye a la seguridad alimentaria de 100 familias/día cumpliendo todas las medidas sanitarias requeridas.
Tres aprendizajes clave
1. El emprendedor social está forzado a buscar esquemas para la diversificación de sus ingresos, porque ante crisis repentinas como estas, el riesgo de desaparecer es alto.
2. Con ambos casos, vemos que existe una oportunidad para generar más impacto encontrando nuevos modelos de negocio en la cadena de valor, pero solo se generan cuando uno se involucra y es cercano a los diferentes contextos de esa cadena.
3. Es momento de ser creativos y re-organizar los recursos que uno tiene disponibles, y aunque estamos frente a una crisis, entendamos que es un buen momento para incorporar soluciones tecnológicas en tu organización o ponerlas a disposición de una causa mayor.
Y tú, ¿cómo estás asegurando tu misión de impacto?
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